El consejero de Interior, Javier Balza, no espera a estas alturas condenas de ETA por parte del mundo de la ilegalizada Batasuna. Pero cree que, si la formación política que encabeza Arnaldo Otegi -"frente a la Batasuna de Olano", precisó el consejero- realmente quiere hacer política, tiene que decir "que se ha acabado el tiempo de la violencia".
En su intervención en el Forum Nueva Economía, Balza opinó que, si Batasuna cree que es mucho pedirle ese paso, es que no está preparada para hacer política junto al resto de partidos. "¿Si no puede dar ese paso, qué confianza tenemos que poner los demás? ¿Nos vamos a sentar en una mesa a negociar un marco político con la amenaza de que sólo si las decisiones políticas van en la trayectoria que les interesa es cuando no habrá violencia?".
El máximo responsable de Interior cree que aún hay tiempo para que los ilegalizados hagan sus deberes y puedan estar en los comicios municipales, aunque también adelantó que su legalización no va a ser automática, ni "pacífica", tal y como está actuando el PP contra Zapatero y su política antiterrorista.
Balza reiteró la doctrina oficial del PNV de que los asuntos políticos sólo pueden están en manos de los partidos y que los temas de presos y desmilitarización competen al Gobierno y a ETA. Y la raya entre ambos campos debe ser "infranqueable", recalcó.
El consejero de Interior utilizado la imagen de la película de Woody Allen Match Point cuando la pelota de tenis está a punto de caer para un lado u otro de la red para hacer ver que el final de ETA y la paz "no puede depender de la suerte, sino de "la acción prudente y meditada de los agentes políticos". A su juicio, ETA puede poner bombas, pero ya no va a poder volver "a la capacidad de hacer daño" de antaño y su "cuesta abajo será cada vez mayor". Y apostó por un acuerdo entre PNV y PSE para hacer frente a los terroristas y por un consenso para lograr una política penitenciaria más flexible y desligada de la lucha contra ETA.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 7 de marzo de 2007