Fueron los sindicatos y la patronal los encargados de poner los pies en la tierra frente a las grandes palabras de los líderes políticos de los Veintisiete, al plantear cuánto le costará a Europa alimentarse en un 20% de energías renovables en el año 2020. Este ambicioso objetivo con el que la UE pretende reducir los efectos del cambio climático podría poner en peligro la bonanza económica que atraviesa Europa, según la patronal. La canciller alemana, Angela Merkel, cuyo país preside este semestre la Unión y los sindicatos, se apresuraron ayer a contradecir a la voz de los empresarios y a explicar que el desarrollo de las renovables contribuirá a la creación de empleo.
Para Merkel, establecer un objetivo obligatorio del 20% creará además el clima de certidumbre que los empresarios necesitan para planificar sus inversiones, y en cualquier caso, para la política alemana, no actuar para combatir el calentamiento del planeta tendrá consecuencias más costosas a medio plazo, indicó la canciller.
Las proyecciones más pesimistas de la Comisión Europea estiman que alcanzar un 20% de renovables en 2020 costará a la UE 18.000 millones de euros al año, tomando como referencia un precio del petróleo de 48 dólares por barril. Pero si el crudo subiera a 78 y se añade lo que costaría emitir más carbono del permitido (20 euros por tonelada), el paso a las renovables no costaría nada. "En cambio, crearían muchos puestos de trabajo y desarrollaría nuevas empresas europeas", según la Comisión.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 9 de marzo de 2007