El artículo de EL PAÍS de 7 de marzo, sobre la huelga de médicos de Cantabria adolece, en mi opinión, de bastantes lagunas. Es difícil de entender que no se reflejen aspectos como el seguimiento; en ningún caso ha llegado al 20% de los facultativos del servicio cántabro de salud, por tanto, sería ineludible indicar que es una huelga muy minoritaria de médicos de Cantabria. Es difícil de entender que no se reflejen aspectos como que se ha concentrado más en especialidades quirúrgicas, siendo masiva en anestesia y prácticamente nula en atención primaria.
Son datos importantes, explican, los cuellos de botella que incrementan las listas de espera y sitúan a los participantes en el mismo terreno de chantaje corporativo de algunos sindicatos, como el de pilotos, por ejemplo. Tampoco se entiende el que no se diga que la gran mayoría de los sindicatos presentes en el sector y la inmensa mayoría de los trabajadores, empezando por más del 80% de los médicos, no han seguido ni apoyado una convocatoria que en los últimos 10 días ha tenido una audiencia de entre un 7% y un 3% de los médicos de la sanidad pública de la región.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 10 de marzo de 2007