Estados Unidos cerró 2006 con un déficit exterior acumulado de 856.700 millones de dólares (650.000 millones de euros), un 8,2% superior al del año anterior. El agujero en la balanza por cuenta corriente -combina el comercio de bienes y servicios, transferencias e inversiones- marca su quinto récord consecutivo y representa el 6,5% del PIB. EE UU necesita atraer capital por valor de 2.000 millones de dólares diarios para evitar un colapso de la moneda.
El fuerte deterioro en 2006 se produjo pese a que en el cuarto trimestre la brecha exterior estadounidense se redujera un 14,6% por el relajamiento en la factura energética y la caída de las importaciones. Un 90% de la balanza exterior está relacionada con los flujos comerciales de bienes y servicios. También cayeron las compras por parte de extranjeros de bonos y acciones en EE UU. Y se realizaron más transferencias de dinero fuera del país de las que llegaron.
Los datos son, en todo caso, mejores de lo que esperaba Wall Street. Los analistas confían en que sea la prueba de que comienza una corrección gradual en la balanza de pagos, si el precio del petróleo no vuelve a dispararse y el crecimiento fuera de EE UU se mantiene sólido. Ese desequilibrio es uno de los factores que explican el debilitamiento del dólar frente a las divisas internacionales. Ayer volvió a perder terreno frente al euro.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 15 de marzo de 2007