La franja de Gaza, ese trozo de tierra que pertenece a tierra de nadie, mantiene cautivos a más de 40.000 palestinos, muchos de los cuales llevan "atrapados" más de una década, y lo peor es que nadie sabe cuándo van a poder regresar a sus lugares de origen, pero ¿para qué se van a preocupar los gobiernos de liberar a todas estas familias si no tienen ningún pozo petrolífero que saquear?
Muchas ONG han denunciado en reiteradas ocasiones las injusticias que se están produciendo en la zona, e incluso se han llegado a firmar algunos acuerdos, aunque ninguna de estas medidas han conseguido acabar con el sufrimiento que padecen diariamente estas cientos de familias que se sienten totalmente olvidadas por las autoridades de sus países, y especialmente por el resto de los regímenes democráticos que han decidido darles la espalda, y no tratar de solucionar su situación.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 15 de marzo de 2007