Cuando la Pompeu Fabra compró los cuarteles junto al parque de la Ciutadella, también adquirió la gran pastilla de terreno con el Depósito de las Aguas, hoy biblioteca de la universidad.
Estuvo en tratos con la parroquia de San Félix el Africano para ampliar instalaciones. Una parroquia que en la década de los sesenta, aproximadamente, compartía muros con el antiguo asilo y una clínica veterinaria. Ladrillo visto oscuro en la fachada y adoquín de grueso calibre en la calzada. El color gris impregnaba aquellas calles hace décadas, cuando la vecina avenida de Icària era un continuo de almacenes y fábricas que tapaban el mar.
La operación de la compra de la parroquia no salió bien. Se interpuso una Virgen negra: la Mare de Déu de Czestochowa, una imagen que tenía la parroquia. La llamada Virgen de Polonia es especialmente venerada y parece ser que el párroco de la iglesia se interpuso en la operación. El tira y afloja acabó llegando a Roma en la época del papa Juan Pablo II -también polaco- y el caso es que la venta se paralizó. La historia la explica la universidad como una anécdota de los tiempos en que la Pompeu quería aquel solar. Esa historia la recoge con detalle el libro Mites i gent de Barcelona, del recientemente fallecido Josep Maria Huertas.
Que la parroquia y su rector tenían carácter fuerte -a sus oficios asistían muchos militares y se prodigaban las misas en latín y funerales por la muerte de Franco- quedaba claro en algunas de sus costumbres. Una, la obligación de las mujeres de llevar mantilla. Para las despistadas siempre pasaba presto un cura, mantilla en mano, para cubrir la cabeza de la pecadora.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 16 de marzo de 2007