Los Mossos d'Esquadra detuvieron en la madrugada del domingo a un joven de 23 años que circulaba con su coche, un potente Ferrari 355, a más de 200 kilómetros por hora por la autopista C-16 en dirección a Barcelona. Además del exceso de velocidad, Borja T. S. conducía bajo los efectos del alcohol y realizando maniobras temerarias que pusieron en peligro la vida de otros conductores.
A la salida de un peaje a la altura de Manresa, la policía autonómica indicó al joven que se detuviera. Pero éste hizo caso omiso y se saltó el peaje ante la sorpresa y el temor del resto de conductores, a los que adelantó como pudo. Borja, que es hijo de una familia rica y vive en una lujosa urbanización de Cerdanyola del Vallès, prosiguió su camino sin más.
Otra patrulla que efectuaba controles de velocidad en la misma vía detectó al vehículo. Un radar le fotografió circulando a 201 kilómetros por hora en un tramo limitado a 90. El joven fittipaldi se decidió finalmente a parar en una área de servicio. Allí, los mossos le pidieron que se sometiera a un control de alcoholemia. El joven se negó y fue arrestado. Se da la circunstancia de que Borja circulaba sin permiso de conducir: la policía se lo había retirado hasta mayo. De hecho, con sólo 23 años ya le han retirado el carnet hasta en tres ocasiones.
El director del Servicio Catalán de Tráfico, Josep Pérez Moya, pidió ayer una "sanción ejemplar" para este infractor reincidente, al que calificó de "peligro público" que está "echándole un pulso a la sociedad", informa Efe.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 16 de marzo de 2007