Las relaciones entre Irán y Estados Unidos no atraviesan por su mejor momento. Pero eso no ha sido un problema para que el recién elegido alcalde de Beverly Hills sea precisamente de origen iraní, aunque Jimmy Jamshid Delshad no sea un iraní cualquiera. Para empezar no es musulmán sino judío y eso, en Beverly Hills, donde se concentran las principales riquezas de Hollywood, significa mucho puesto que la industria del cine estadounidense siempre ha contado entre sus filas con productores, directores, actores y poderosos empresarios judíos. Él es el guardián de las llaves de esta glamourosa ciudad.
Delshad emigró a Estados Unidos en 1959 junto a su familia y se ganó la vida primero como músico y después como especialista informático. El próximo 27 de marzo se convertirá además en el iraní de mayor rango dentro del funcionariado estadounidense. "Me siento bendecido por haber sido elegido por los ciudadanos de Beverly Hills. Como joven judío en Irán siempre fui un ciudadano de segunda clase. Con mi ejemplo espero abrirle las puertas de América a gente como yo" ha declarado.
A Delshad, de 66 años, también le ha debido de favorecer la presencia en Beverly Hills de cerca de 8.000 iraníes judíos adinerados, que se establecieron allí al escapar de la revolución islámica de 1979.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 17 de marzo de 2007