Tengo 40 años y muchos recuerdos. Algunos buenos, otros malos. He visto muchas injusticias, actos dignos de alabanza, sinceridad, cinismo, etcétera. He conocido la política y a los políticos de este país, he compartido mi vida con las gentes de esta tierra, he estudiado nuestra historia... y creo que, en parte, algo sé de nuestras costumbres y artimañas.
Desde que tengo uso de razón, los asesinatos y atentados terroristas han llenado los telediarios. Los gestos de repulsa y solidaridad con las víctimas se han producido una y otra vez espontáneamente y sin necesidad de convocatoria. Creo que en la mayoría de los casos llenos de sinceridad.
A pesar de todo, no entiendo lo que está pasando. ¿Qué es lo que lleva a tantos ciudadanos a que en actos "espontáneos" depositen flores en todos los lugares de Madrid donde se han producido atentados? ¿Por qué hasta ahora nunca lo habían hecho? ¿Por qué antes en esos lugares no había ni una maldita flor, ni una bandera nacional? ¿Alguien me lo puede explicar?
Por favor, no me respondan que la causa son unas elecciones o una lucha política. Sería horrible tener que escuchar esa respuesta, de hecho sólo pensar en esa posibilidad me produce náuseas y me hace comprender la historia de España. La de la Guerra Civil más cruel y olvidada artificialmente, la España de los reinos enfrentados, la España que expulsó a parte de sus hijos por razones políticas, raciales o económicas en distintas épocas. La de la Leyenda Negra, la de los imperios infinitos, etcétera.
Tanto hablar de España y el problema somos nosotros, los españoles.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 19 de marzo de 2007