La participación ciudadana está de moda. Simancas llama a los interfonos, Sebastián se reúne con la basca para recopilar ideas y Esperanza Aguirre devuelve las llamadas que más de mil madrileños le han dejado en el contestador que el PP ha habilitado para sus dos candidatos a la Comunidad y a la Alcaldía.
En la mesa de una sala de la sede del PP en la calle de Génova hay un teléfono con un pequeño micrófono pegado. Al otro lado del aparato, miles de madrileños aguardan a la presidenta. Ella se sienta, toma aire, pide un vaso de agua y sitúa al público (unos 20 periodistas) un poco en el contexto. Parece que de un momento a otro le va a tocar un premio a alguien. Huele a concurso radiofónico. Pero las llamadas han sido seleccionadas y la presidenta conoce los temas que se abordarán.
-Hola, soy Esperanza Aguirre, le devuelvo la llamada...
-Jamás pensé que esto podría ocurrir -dice el primero, bastante entregado.
En total cinco llamadas para charlar de la necesidad de más colegios públicos bilingües; de la seguridad en la sierra, que ella aprovecha para recordar que eso es competencia del "Gobierno de la nación"; de la M-50; de la vivienda y del urbanismo desaforado que, si gana, no consentirá. Promete.
Aguirre devolverá cada miércoles unas cuantas llamadas más de su contestador.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 20 de marzo de 2007