La inflación era, es y seguirá siendo la principal preocupación de la Reserva Federal de Estados Unidos. A pesar de que la ansiedad creada por la crisis en el mercado hipotecario hiciera pensar en Wall Street en una pronta rebaja de tipos de interés en Estados Unidos, el banco central, tras dos días de reunión, optó ayer por dejar los tipos en el 5,25% por sexta vez consecutiva. No era una sorpresa.
La autoridad monetaria mantiene el énfasis en los riesgos que el aumento de precios plantea a la economía, por lo que evita cerrar la puerta a una eventual subida.
El precio del dinero lleva ya nueve meses en el 5,25% y todo indica que se mantendrá ahí durante un buen tiempo, hasta que tenga más claro su próximo movimiento. La clave, de nuevo, estaba en el lenguaje utilizado al tratar de la situación económica.
La economía estadounidense creció un 2% y un 2,2% durante los dos últimos trimestres de 2006, y la previsión es que en el primer trimestre de 2007 se mantenga en esa franja. La tasa de paro se ha reducido al 4,5% y se espera que permanezca este año en esa cota. El banco central de EE UU esperaba que la desaceleración en el crecimiento viniera acompañada de un relajamiento del aumento de los precios, pero la inflación subyacente sigue alta, en el 2,7%.
La Reserva Federal introdujo ayer cambios sobre su comunicado anterior, pero sin grandes sorpresas. Sobre el crecimiento económico, dice que los indicadores son "mixtos". Y en la parte en la que hacía referencia a la situación del sector inmobiliario, dice que "el ajuste continúa", eliminando cualquier referencia a una estabilización.
Sobre la inflación, reitera que sigue "elevada" y que los riesgos para el alza de precios están ahí. Por ello, su principal preocupación es que la inflación no sea capaz de moderarse como estaba previsto. Es la prueba de que, por el momento, seguirá con la actual estrategia monetaria.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 22 de marzo de 2007