Destemplada tras tantos batacazos, en el interior de la selección española no hay quien se aclare. No hay un análisis uniforme sobre tantas decepciones, ya sea por los resultados o por el juego. La agridulce victoria sobre Dinamarca ha reabierto viejas heridas. Por un lado, los jugadores no se explican su tiritona del pasado sábado frente a diez daneses en el Bernabéu y muchos lo atribuyen a un hecho circunstancial. Eso sí, con una mueca de disgusto por la bronca pública posterior del seleccionador, Luis Aragonés, contra algunos futbolistas, caso de Xabi Alonso e Iniesta.
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Ya se sabe que a los jugadores no les gusta que les señalen con el verbo. Luis, a su vez, tampoco lo tiene del todo claro. Dos años y medio después de tomar posesión del banquillo, sostiene, como ya proclamara en su aterrizaje, que el futbolista español no sabe competir. Y no sólo cuando se enfunda la camiseta de España. Desde el entorno de Luis se lanza otro mensaje: tampoco resulta competitivo cuando se emplea con su club. El entrenador lo atribuye a la juventud del equipo. No le sirve que la mayoría estén curtidos en grandes duelos, caso de Casillas, Albelda, Xavi o Morientes, por sólo mencionar la columna vertebral. "Tampoco el Sevilla, en cabeza de la Liga, es capaz de negociar un partido en Tarragona con uno de los colistas; ni el Valencia, a un paso de los líderes, puede resolver un duelo con el Racing de Santander", afirmaba al respecto Luis Aragonés ayer a su llegada a Palma, donde mañana su equipo se medirá a la debilísima Islandia, tan incapaz que perdió en Letonia por 4-0.
Luis insiste de forma machacona en que al futbolista español le falta un gen competitivo. Expresa un ejemplo: "Los daneses, el pasado sábado, fueron capaces de interpretar que era necesario cambiar de guión en el segundo tiempo; pasaron de jugar al pie a dar pelotazos en largo en busca del empate". Al míster le preocupa que los suyos no sean tan perspicaces a la hora de interpretar las necesidades de cada encuentro. "Son muy jóvenes. El futbolista no se curte hasta los 26 o los 28 años", dice el seleccionador, al que aún no se le ha pasado el berrinche tras la pésima imagen del equipo en el segundo tiempo ante los daneses.
A Luis le inquieta sobremanera que el jugador español no sepa parar los partidos cuando hace falta, que no sepa imantar la pelota cuando el guión lo requiere, que se agriete a las primeras de cambio. Y muchos de los jugadores no se lo explican. Sólo algunos, y siempre con declaraciones sin apellido, apuntan alguna pista: "Estamos tan inseguros que ante el primer contratiempo [caso del circense gol de Dinamarca tras un saque de banda de Agger, del Liverpool, una jugada que toda la prole de Anfield había subrayado a sus compañeros y el técnico rebobinado una y otra vez en el vídeo] nos descomponemos".
Pese a tanta desazón, Luis pretende repetir el mismo guión frente a Islandia. En la alineación titular es más que probable que sólo cambie la defensa. Rehabilitados los sancionados Puyol y Sergio Ramos, que sustituirán a Javi Navarro y Ángel, el resto del equipo será muy probablemente el mismo que se midió a Dinamarca. El seleccionador confía en que su reprimenda del pasado domingo surta efecto. En su fuero interno está convencido de que no hay más en el cesto. E Islandia, por mal que esté España, no se presenta como un gran obstáculo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 27 de marzo de 2007