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La ONU avisa de que los talibanes se han "envalentonado"

El ministro de Defensa, José Antonio Alonso, comparecerá hoy en el Congreso para informar sobre la muerte de la soldado Idoia Rodríguez Buján, el pasado 21 de febrero, y sobre la situación de las tropas españolas en Afganistán, donde "la insurgencia está envalentonada por sus éxitos estratégicos, más que descorazonada por sus fracasos tácticos", según un informe del secretario general de la ONU.

Las cinco semanas transcurridas desde que una mina, probablemente de presión y colocada para explotar al paso de su convoy, acabara con la vida de la primera militar española muerta en misión en el extranjero han sido suficientes para que la burocracia administrativa publicase ayer en el Boletín Oficial de Defensa la orden que certifica su fallecimiento en acto de servicio.

No han bastado, sin embargo, para apagar la polémica política y es probable que el PP pida hoy cuentas al ministro por el rechazo del Gobierno a "dotar al contingente en Afganistán de todos los medios humanos y materiales necesarios para garantizar su seguridad, atendiendo a las peticiones que están formulando los mandos militares", como decía uno de los puntos de la proposición rechazada la semana pasada en el Congreso.

Izquierda Unida, por su parte, insistirá en que se fije un calendario de retirada de las tropas, en contra de lo que predecía el lunes en Bruselas el subsecretario de Estado estadounidense, Nicholas Burns: "Vamos a tener que estar allí por mucho tiempo... No es un esfuerzo para dos o tres años. Creo que estaremos allí muchos, muchos años".

Invierno caliente

El primer informe sobre Afganistán del nuevo secretario general de la ONU, el coreano Ban Ki-moon, fechado el pasado 15 de marzo, explica que la violencia talibán alcanzó su punto culminante en septiembre de 2006 y se ha reducido luego con los rigores invernales. Aún así, subraya que "el nivel de incidentes durante el invierno fue bastante superior al de años anteriores".

Desde septiembre se contabilizan 2.732 muertos y en enero se ha doblado la cifra de víctimas del mismo mes del año anterior. Aunque constata progresos en muchos campos, Ki-moon no oculta el deterioro de la seguridad: "Hubo un marcado aumento de las fuerzas insurgentes dispuestas a iniciar operaciones de combate [...] y una mejora importante de sus tácticas y adiestramiento. En las regiones central y sudoriental, las operaciones de las fuerzas del Gobierno e internacionales lograron despejar algunas zonas sólo temporalmente. La estructura de mando de los insurgentes permaneció intacta, pese a la captura o muerte de varios comandantes".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 28 de marzo de 2007