Greenpeace reclamó ayer el cierre de la central térmica de Pasaia con una protesta durante la cual una decena de activistas de la organización se descolgaron por su chimenea, sobre la que pintaron el lema Stop CO2. Los miembros de la organización ecologista, que accedieron a la chimenea a las siete de la mañana, anunciaron que mantendrían su protesta por la noche. Según Greenpeace la central de Pasaia emite más CO2 en un año que todo el parque móvil de Guipúzcoa. La compañía, por su parte, se defendió afirmando que la central "es una de las instalaciones más eficientes medioambientalmente" y que no está incluida entre las 200 europeas más contaminantes
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 28 de marzo de 2007