La Diputación de Castellón ha aprobado ya cuatro modificaciones de crédito del presupuesto para este año. En todas ellas, el PP no ha recurrido a la fórmula de dar de baja otras partidas para atender a los nuevos gastos. Y, a excepción de una, tampoco se ha optado por buscar la financiación externa para atenderlas ya que, entre otras cosas, la Diputación de Castellón arrastra una deuda de 94 millones de euros. La formula utilizada por el presidente de la Diputación, Carlos Fabra, ha sido la de ir agotando el remanente de tesorería, es decir las cantidades que se acumulan todos los años correspondientes a dinero que no se ha gastado.
La institución contaba este año con 11,7 millones de remanente de los que Fabra ya ha gastado 9,5 millones lo que significa el 81,3% del total del dinero que la Diputación tenía "ahorrados". Además, este gasto ha ido a parar a subvenciones y convenios con municipios, al margen de los planes reglados, que, según el PSPV "sólo buscan la rentabilidad política antes del 27 de mayo".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 29 de marzo de 2007