El lema elegido por el Ayuntamiento de Cádiz para sus nuevas vallas publicitarias, El puente que nos une, ha conseguido el objetivo contrario. Ha enfrentado aún más a las administraciones que pugnan por apropiarse de la paternidad de la
que será la principal infraestructura en la bahía gaditana, el segundo puente o tercer acceso a la capital gaditana.
El Ministerio de Fomento, que es quien paga la obra, lo denominó, a propuesta personal de la ministra Magdalena Álvarez, el Puente de la Pepa. Sin embargo, el equipo de gobierno del PP, que dice ser el impulsor de la idea, ha optado por renombrarlo en sus nuevos carteles como Puente de la Constitución de 1812.
Magdalena Álvarez sorprendió en la presentación de este proyecto el pasado mayo, al bautizar la infraestructura como Puente de la Pepa, en alusión al sobrenombre con el que se conoce a la Carta Magna proclamada en Cádiz el 19 de marzo de 1812, día de San José. La decisión originó un debate social sobre la idoneidad de una denominación tan popular. El Ayuntamiento lamentó además que la ministra no contara con otras opciones, como la propuesta por el Consistorio en un pleno semanas antes, en el que al nuevo acceso a Cádiz se le reconocía como Puente de la Constitución de 1812.
Hasta ahora, el PP no había pasado de la crítica pública, pero esta semana inició la colocación de nuevas vallas publicitarias por toda la ciudad en las que asume como auténtico el nombre propuesto por las autoridades municipales. Obvia así el decidido por la ministra. Un órdago al Gobierno central que, sin embargo, ayer negaba la alcaldesa, Teófila Martínez. "Esto no es ningún pulso. El nombre elegido democráticamente por los representantes de los gaditanos en pleno fue el de Constitución de 1812. En todo caso, la ministra fue quien echó el pulso al pueblo de Cádiz", defendió la primera edil. Una visión que no comparte el PSOE, quien acusó ayer a los populares de buscar la confrontación gratuitamente. "El puente se llama La Pepa porque lo eligió el Ministerio de Fomento, que es quien paga esa obra. Me parece una frivolidad buscar la confrontación y la pelea a través de las vallas", protestó ayer el concejal socialista, Juan Ortuño.
La nueva polémica en torno a los carteles de autopromoción del Ayuntamiento le llegó a la alcaldesa en plena fiesta por la inauguración del Paseo Marítimo Puntales-La Paz-Astilleros. La apertura del nuevo vial de tres kilómetros se celebró con una fiesta infantil y con actuaciones musicales en plena calle. La inauguración se produjo antes de que el paseo esté terminado. Varios vecinos alertaron de que las vallas de separación con el mar no están listas y que los obreros siguen trabajando en la zona. La alcaldesa reconoció ayer haber montado la fiesta en torno a un paseo marítimo al que le faltan los bancos nuevos, las farolas y la renovación de las barandillas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 30 de marzo de 2007