Los pliegues misteriosos de lo que es más cercano

"Escucha, mujer, atiende a este mendigo. / Ven y aprende el ritual conmigo / de morir la noche un poco / abrazados por el rojo vino / y la caricia cálida del juego loco...". Los primeros versos del poema Morir la noche un poco, de Rafael de Cózar, se agarran a la vida con la certeza de lo que se sabe posible. De Cózar ha publicado recientemente Con-cierto visual sentido. Poemas (1968-2004) en RD Editores.

El libro combina la poesía de la palabra y de la imagen. Algunos poemas se complementan con ilustraciones. La fascinación por la mujer es una constante en los versos y las imágenes. De Cózar transita por caminos abiertos por la vanguardia, pero no es ajeno a la fuerza poderosa de la tradición. La música, el ritmo y la rima tachonan su poesía. Las imágenes son ventanas que completan la magia del poema. Los dibujos dialogan con la palabra en un vaivén de sombras.

El breve poema Fundir es un ejemplo más de una escritura que bucea en los pliegues misteriosos de lo que es más cercano. "Fundir quisiera tu cuerpo de metal / En la fragua de mis huecos, / Despertar y estar solos, / Estrechamente unidos / Por el abrazo del miedo". Una delicada rima asonante trata de mantener en la calma aparente de la normalidad los temores que asaltan al hombre. El placer, la sensualidad, el contacto con la otra persona, no matan el miedo. Sin embargo, hacen que la vida merezca vivirse. La poesía de Rafael de Cózar no abandona nunca los terrenos donde late la vida, el pulso intermitente de la sangre que se nutre de esperanzas.

Nacido en Tetuán (Marruecos) en 1951, De Cózar llegó a Cádiz a los 11 años. Allí participó en la fundación del grupo literario Marejada. En 1972 se radicó en Sevilla. Doctor en Filología Hispánica y profesor de Literatura Española, De Cózar fue entre 1982 y 2002 presidente de la Sección Andaluza de la Asociación Colegial de Escritores de España. Entre sus poemarios figuran Entre Chinatown y River Side: los ángeles guardianes (1987) y Ojos de uva (1988). Es autor también de novelas como El motín de la residencia (1978) y El corazón de los trapos (1997), que obtuvo el Premio Vargas Llosa.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 30 de marzo de 2007