El Gobierno griego tomó ayer una decisión sin precedentes para atajar la rivalidad extrema entre las aficiones del Olympiakos y Panathinaikos, los principales clubes del país, con secciones de fútbol, baloncesto, voleibol y waterpolo. El primer ministro, Costas Caramanlis, decidió suspender por 15 días todas las competiciones por equipos después de los altercados entre las dos aficiones del jueves, que dejaron un muerto y numerosos heridos en la Copa de voleibol femenino. "La violencia en los estadios concierne a la sociedad entera", afirmó el portavoz gubernamental, Theodore Roussopoulos.
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"La medida es ejemplar", explicó a este diario el español Víctor Muñoz, técnico del equipo de fútbol del Panathinaikos. El preparador, que constató que "ningún aficionado va a una cancha contraria para evitar problemas", conoció por la tarde que se cancelaba el partido en el campo del Apollon. "A ver si así se tranquiliza todo", abundó Lorenzo Serra Ferrer, preparador del AEK ateniense, preocupado por- que "los colores, el escudo, se viven muy intensamente". Tanto que el aficionado muerto recibió 15 cuchilladas y sufrió varias fracturas en el cráneo, según el dictamen del forense. Otras cinco personas resultaron heridas, dos de ellas de gravedad, en el enfrentamiento, pactado en los alrededores de una carretera de la localidad de Peanía, siguiendo el ejemplo de los hooligans ingleses o los de ultras de los holandeses Ajax y Feyenoord.
"La violencia es inaceptable y por eso Michel Platini es proclive a la tolerancia cero", apuntaron fuentes de la UEFA, que añadieron: "vistos tantos episodios de violencia en lo que va de año, en España, Italia y Argentina, parece que estamos volviendo a los años ochenta". En la batalla campal, planeada al detalle, los radicales portaban cuchillos, cadenas y bengalas. La policía arrestó a 13 individuos, de entre 17 y 30 años, que participaron en los 20 minutos de lucha callejera. En el mismo incidente, varios jugadores de un equipo local de fútbol, que acudía a un entrenamiento, fueron agredidos con navajas y sus coches incendiados.
La federación de fútbol anunció que suspenderá la competición hasta el 13 de abril. "En realidad afecta a una jornada de Liga, ya que aquí no se compite en Semana Santa", refirió Muñoz.
Desde 1995, cuando un espectador del clásico entre Olympiakos y Panathinaikos de baloncesto, nadie moría en Grecia en un evento deportivo. El Gobierno ha aprobado una ley contra la violencia en el deporte que prevé el encarcelamiento inmediato de los responsables, sin posibilidad de libertad bajo fianza.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 31 de marzo de 2007