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Irán exhibe la confesión forzosa de los rehenes en un abierto desafío a Occidente

Irán elevó ayer las apuestas e impuso nuevas dificultades al Gobierno de Tony Blair, que empieza a estar seriamente acosado por las críticas en esta crisis de los rehenes. En una vulneración de la Convención de Ginebra, que prohíbe la divulgación de imágenes de prisioneros, el régimen iraní exhibió por televisión la confesión forzosa de uno de los 15 marinos retenidos.

"Quisiera pedir disculpas por haber entrado en sus aguas sin permiso", decía Nathan Thomas Summers. Blair pidió "calma" ante las críticas a su gestión de la crisis, mientras el precio del brent se disparaba a la máxima cota en siete meses.

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* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 31 de marzo de 2007