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Crítica:

La cólera de Dios

En La Pasión de Cristo (2004), Mel Gibson remezclaba el Nuevo Testamento con las vehementes bases rítmicas del Viejo y, para ello, recurría a la imaginería del cine de terror de última generación. Con el tiempo quizá veamos esa película como obra clave en una nueva formulación cinematográfica de la fe: furibunda, grandilocuente, amplificada en Dolby Surround con el ímpetu de un telepredicador del futuro. La cosecha, de Stephen Hopkins, podría ser uno de los daños colaterales del efecto Gibson: un retorno a la inspiración del Viejo Testamento para articular una película de terror.

En La cosecha, una misionera (Hillary Swank) que ha perdido la fe llega a un pueblo de la América profunda sobre el que están cayendo las 10 plagas bíblicas. El cineasta confía el negociado del sobresalto a su departamento de pospro-ducción y no logra que esta historia de renacimiento espiritual se desvíe de su programada ruta de efectismos, pero la resolución de la trama es sintomática: Dios vuelve a dar miedo.

LA COSECHA

Dirección: Giulio Base. Intérpretes: Hillary Swank, David Morrisey, Stephen Rea, AnaSophia Robb. Género: Terror bíblico. EE UU, 2007. Duración: 96 minutos.

Este filme ha coincidido en cartelera con un producto de Semana Santa de los de antes: a partir de una historia de Susso Cecchi Amico (colaboradora de Visconti) y Ennio Flaiano (guionista de Fellini... ¡y coautor de El verdugo!) ya llevada al cine por Damiano Damiani, En busca de la tumba de Cristo describe otro camino hacia la fe, esta vez en forma de indagación policial. Su sentido religioso infunde menos miedo que el de La cosecha, pero la coincidencia de Dolph Lundgren y Max von Sydow en el reparto da la medida de la psicotronía del conjunto.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 6 de abril de 2007