"Cuando [el primer ministro japonés] Shinzo Abe, visitó China el año pasado, tuvo con Wen Jiabao una buena conversación, y decidieron que había que mejorar las relaciones bilaterales. Unas relaciones apropiadas benefician a los dos países, así que decidieron encauzarlas". Shen Shishun, de 56 años, director de Seguridad y Cooperación en Asia-Pacífico del Instituto de Estudios Internacionales, en Pekín, se muestra optimista sobre la nueva etapa emprendida por los dos Gobiernos. Pero advierte que Tokio debe dar "pasos concretos" para la distensión.
"El pasado no debe afectar a nuestra cooperación. Pero ambas partes deben adoptar una actitud correcta hacia la historia. No sólo como la reconoce China, sino como es reconocida internacionalmente, en la que se tenga en cuenta el pasado agresor japonés", señala. Para este experto, lo crucial es "mantener las relaciones, que son estratégicas, en la dirección adecuada, aunque existan algunas dificultades". Shen afirma que es clave para los dos países que continúen los contactos de alto nivel y los intercambios económicos. El politólogo asegura que otro campo primordial de interés común es la seguridad en la región y menciona a Corea del Norte. "Tanto China como Japón persiguen el desmantelamiento del programa nuclear norcoreano. Y Tokio quiere que Pekín le ayude a resolver el asunto de los [ciudadanos japoneses] secuestrados
[a finales de los setenta y principios de los ochenta] por Corea del Norte", añade.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 12 de abril de 2007