Eduardo Zaplana ha calificado a Díaz de Mera como "entrañable", a modo de cualidad paraguas que contiene a todas las demás y exculpa al personaje de cualquier otra consideración negativa.
Debe ser la última nueva coletilla-palanca del PP para reinterpretar la realidad. Así, suponemos que "entrañables" eran las inexistentes armas de destrucción masiva; "entrañables" (y piadosas) eran las mentiras del 12 y 13 de marzo de 2004; "entrañable", como él mismo autor, es la teoría de la conspiración del 11-M; "entrañable" (y patriótica) es la actitud de José María Aznar de abandonar el Consejo de Estado por el consejo de administración de un grupo mediático internacional que edita las fotos del etarra hambriento; "entrañable", también, es hacer de caja de resonancia de las sangrientas chorradas que contienen los comunicados etarras, y "entrañable", por último, debe ser boicotear desde el privilegio público al grupo privado empresarial español que más ha aportado a la consolidación de la democracia española.
En fin, sean entrañables amigos (íntimos, muy afectuosos, según la RAE).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 12 de abril de 2007