La iniciativa de reforma de ley migratoria, propuesta por Bush, indica un alarmante desconocimiento de las necesidades internas de su país, entre otras cosas. Esta propuesta permitiría a los trabajadores ilegales obtener un visado temporal, pagando una suma de 3.500 dólares. Hay que sumar a esta cantidad, la condición de que los inmigrantes tienen que volver a sus países para pagar a las embajadas estadounidenses, una multa de 10.000 dólares, por haber entrado ilegalmente al territorio norteamericano. Lo peor del caso, es que este nuevo visado Z, no otorgaría plenos derechos de residente, ni la posibilidad de que el solicitante lleve consigo a su familia.
Como mexicana, les digo que el presidente estadounidense parece desconocer plenamente las condiciones económicas en las cuales llegan los miles de latinoamericanos y las razones por las cuales han dejado atrás sus países. Esta iniciativa de ley difícilmente puede solucionar la situación de los 12 millones de trabajadores ilegales existentes en Estados Unidos y no haría más que fomentarla. Me siento profundamente ofendida por esta negligente propuesta de la Casa Blanca, dirigida a un colectivo, que trabaja arduamente día con día.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 12 de abril de 2007