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Crítica:

Católicos en Ruanda

Hace tres años, la británica Hotel Rwanda se convirtió en la primera gran producción que se ocupaba del genocidio de la etnia tutsi a manos de los hutus en la Ruanda de 1994. Centrando la acción en un recinto cerrado desde el que se intuía la masacre sin palparse del todo (el hotel del título), la película se basaba en un hecho real. Algo que de nuevo hace la también británica Disparando a perros, producida un año después (se estrena con un par de temporadas de retraso), ambientada en otro microclima en principio inexpugnable, una misión católica defendida por los cascos azules, y también inspirada en la realidad.

Sin embargo, el evidente interés político y humano de la película, en ocasiones dolorosísimo, se ve perjudicado por la explicitud del discurso. El varapalo a Naciones Unidas es tan manifiesto como seguramente merecido, pero se desperdicia el hecho diferenciador que podría haber distinguido el mensaje de Disparando a perros: el más que interesante punto de vista de los religiosos católicos, resuelto de forma intrascendente con un mensaje de catecismo para niños de primaria.

DISPARANDO A PERROS

Dirección: Michael Caton-Jones. Intérpretes: John Hurt, Hugh Dancy, Steve Dous-saint, Nicola Walker. Género: drama. RU, Alemania, 2005. Duración: 115 minutos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 13 de abril de 2007