Por profesionalidad. Ciñámonos a un caso de actualidad: el señor Díaz de Mera. ¿Quién mejor que él para defender nuestra particular idiosincrasia en la UE como eurodiputado? Gran aficionado a la fiesta nacional, torea con descaro a las instituciones del Estado de derecho. Amante de nuestra Semana Santa, hace de mangas capirote en el juicio del 11-M. Gran aficionado al cante jondo, le aporta ese aire de flamenco deslenguado que se pone el mundo por montera. Y ahí lo tenemos, eurodiputado y con un par de narices. Tonelete.
Los altos cargos son nombrados por clientelismo personal (amistad, intimidad), político (amistad, ideología) y profesionalidad (amistad, interés). Por ese orden. Así se explica una historia de decepciones, fugas, desplantes y traiciones. ¿Verdad, señor Conthe? Noelneli.
Desde el inicio de la democracia se fueron sustituyendo los funcionarios de carrera por asesores nombrados a dedo. Moski.
El Gobierno actual está formado por profesionales, sobre todo en carteras como Justicia, Economía, Defensa, Sanidad, Asuntos Exteriores, etcétera. Veo un Gobierno equilibrado en función de la capacidad profesional y política. Los anteriores Gobiernos del PP sí que se formaban por criterios clientelistas. Salvo Rodrigo Rato, que era el más profesional. Y se notó a la hora de gestionar las crisis graves como el Prestige, el Yak y el descuido antes del 11-M. WagnerBenito.
En estos tiempos que corren, siendo mujer tiene una ya casi todo el camino recorrido. A veces hasta tiene que hacer la pelota para aceptes algún carguillo cuando no se cumple con los cupos. Talia666.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 13 de abril de 2007