En el oleaje vuelven,
casi ponen los pies en la arena,
sobre la verdinegra huella del agua.
Resbalan en el musgo,
hincan sus dedos
en el diente de perro,
que los acoge sin un ladrido,
saltan y se sientan sobre el muro
que divide la vida del pasado:
Son los amigos, los amantes, la hermana.
Muertos o vivos, tienen
esa forma de volver
sobre la sal,
para retocar sus vidas,
darles un brillo, un acento,
rectificar un juicio,
el amor insepulto,
como pudieron haber sido.
Traen antiguos encendedores.
La llama en el viento del arrecife
no se apaga, no se apaga.
Antón Arrufat (Santiago de Cuba, 1935) es autor de Antología personal (Mondadori) y De las pequeñas cosas (Pre-Textos).
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 14 de abril de 2007