Alrededor de 126.000 ciudadanos atravesarán cada día en los pasillos de la gran estación de Plaza Elíptica, inaugurada ayer. A ella llegarán los autobuses de 14 líneas interurbanas (procedentes de las localidades del eje de la carretera de Toledo, como Parla, Getafe o Leganés) y dos urbanas (155 y especial al cementerio). Los viajeros podrán acceder directamente desde los autobuses al metro (líneas 6 y 11).
Gracias a esta macroestación con dársenas subterráneas, en los próximos 10 días desaparecerán unos 2.000 autocares del entorno de la plaza Elíptica, donde tenían hasta ahora sus paradas a ras de calle.
Durante la inauguración, la presidenta regional, Esperanza Aguirre, y el alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón, hicieron gestos de acercamiento al alabar las bondades del trabajo en equipo de las dos administraciones, que financiaron a medias la obra -con 36 millones de euros de coste total-.
Todo porque han entrado de lleno en la precampaña, ante la cita electoral del próximo 27 de mayo.
"Nada ni nadie van a impedir que la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid trabajen conjuntamente en beneficio de los madrileños", afirmó el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón. "Esta obra es un ejemplo de lo que pueden hacer dos administraciones que creen en un modelo de movilidad pensada para los ciudadanos", replicó Esperanza Aguirre. Pese a estar en el mismo partido, son rivales, y por eso, aunque suenen frías, estas frases fueron una manera de besarse en términos políticos.
Gallardón aprovechó para hacer un avance de sus intenciones para la próxima legislatura. Y explicó que está en estudio un plan para construir 30 estacionamientos en los accesos a la capital, que tendrían unas 50.000 plazas. "Esto nos va a permitir reducir el tráfico y la contaminación de la ciudad", argumentó el político popular.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 14 de abril de 2007