Un grupo de guerreros maoríes, por un lado, y una filà de moros, por otro, intercambiaron ayer gestos desafiantes y disparos de arcabuz mientras avanzaban bajo la lluvia y en sentidos contrarias hasta encontrarse bajo el balcón del Ayuntamiento de Valencia. Cuando ambos grupos estaban a punto de chocar, una joven maorí y una fallera ejercieron como embajadoras de ambas delegaciones, ascendieron a un entarimado y se saludaron restregando las narices, a la manera maorí, y con dos besos en las mejillas. Helen Clark, primera ministra neozelandesa, se tapó los oídos a cada disparo de arcabuz mientras seguía el encuentro junto a Rita Barberá, alcaldesa de Valencia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 15 de abril de 2007