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Necrológica:

Roscoe Lee Browne, actor

Trabajó bajo las órdenes de Alfred Hitchcock, Edward Albee y William Wyler

El actor Roscoe Lee Browne (Woodbury, Nueva Jersey, 1925), uno de los rostros secundarios más populares en las pantallas de cine en los últimos 40 años, murió el pasado día 11 en el hospital Centro Sinaí de Los Ángeles, a causa de un cáncer. Tenía 81 años. Browne trabajó con directores tan importantes como Alfred Hitchcock, en Topaz, y William Wyler, en No se compra el silencio.

Su magnética presencia y su poderosa y atractiva voz brillaron durante décadas en el cine, el teatro y la televisión. Roscoe Lee Browne nació el 2 de mayo de 1925 en Woodbury, Nueva Jersey, y tras estudiar en la Lincoln University y destacar como atleta, desempeñó diversos trabajos hasta sentir la llamada del arte: de hecho, debutó relativamente tarde en la gran pantalla, en 1962, con 37 años: La conexión, dirigida por Shyrley Clarke, fue su primera película.

Desde entonces, más de 80 filmes e interminables producciones televisivas dan forma a su carrera. Pero antes de todo ello, su talento había quedado patente en las tablas del teatro. Su prestigio nació al convertirse en uno de los actores negros más relevantes en el teatro neoyorquino, tradicionalmente copado por los actores blancos.

Su presencia era habitual en el New York Shakespeare Festival y destacó poderosamente su trabajo en el entorno del off Broadway, como en la obra The blacks, de Jean Genet, y en la adaptación que Edward Albee realizó de la novela de Carson McCullers Ballad of the Sad cafe.

En 1964 su nombre saltó a la popularidad gracias a su interpretación de esclavo amotinado en la obra Benito Cereno, de Robert Lowell. Muchos años después, regresaría a los escenarios, e incluso lograría una candidatura a los Premios Tony en 1992.

Tras debutar en el cine, Browne compaginaría éste con la televisión y en la década de los sesenta intervendría en series tan populares como Mannix y Los invasores. Una de sus grandes oportunidades llega en 1969, al ponerse a las órdenes del maestro Hitchcock en la infravalorada Topaz; el personaje de Philippe Dubois permitió a Browne mostrar su eléctrica personalidad en una aparición intensísima.

Un año más tarde llegaría el thriller de William Wyler No se compra el silencio: Browne engrandecería su papel de lord Byron Jones, dueño de una funeraria que lucha por divorciarse de su mujer, quien mantiene una relación con un policía blanco.

Browne siempre aportó a sus personajes una especial prestancia, un aura de grandeza que los llevaba hasta el corazón del espectador. En los años setenta, disfrutarían de su presencia películas como La fuga de Logan y series como Starsky y Hutch, para llegar, en 1980, a una histórica participación, a lo largo de cinco capítulos, en la serie de culto Enredo. El universo televisivo vería también cómo Browne se hacía con un premio Emmy por su trabajo en La hora de Bill Cosby, en 1986.

Browne continuaría trabajando de modo estajanovista; el repaso de sus interpretaciones sería interminable (Falcon Crest y Autopista hacia el cielo, en televisión; Los reyes del mambo tocan canciones de amor y Un timador con alas, en cine..., pero resulta obligatorio destacar que, en los últimos años de su carrera, se serviría de su inigualable voz para intervenir como narrador en películas como Babe, el cerdito valiente (1995), Babe, el cerdito en la ciudad (1998) y Garfield 2 (2006).

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 18 de abril de 2007