El Departamento de Medio Ambiente ha suspendido la actividad cinegética en dos áreas privadas de caza en Anya (Noguera) y Altet (Urgell) debido al uso de venenos por parte de sus propietarios para exterminar la fauna. Éstas son las dos primeras resoluciones que dicta la Administración catalana relacionadas con el uso de veneno, una práctica prohibida y castigada penalmente.
En el caso de Anya, la retirada de la autorización para cazar es por un año. Los hechos se remontan a 2002, cuando, tras varios casos de envenenamiento de animales salvajes y domésticos, los agentes rurales sorprendieron al gestor del área de caza colocando veneno. Por estos hechos, un juzgado de Lleida condenó al acusado a pagar 3.500 euros por un delito contra la fauna.
En Altet, la prohibición será por dos años, ya que en 2003 y 2005 se encontró en dicho vedado numerosos animales muertos, entre los cuales había ejemplares de especies protegidas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 19 de abril de 2007