En la clausura de las Asambleas Generales de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), es tradicional que el supervisor tire de orejas al sector, aprovechando que le está escuchando. Miguel Ángel Fernández Ordóñez, que acudía por primera vez, no defraudó.
El gobernador indicó que existe el riesgo de que se produzca una desaceleración económica (como rebote de lo que suceda en Estados Unidos y por la caída del sector inmobiliario) por lo que alertó a las cajas.
"Si no se toman medidas rápidas por parte de los costes, es decir, si no hay flexibilidad y capacidad de reacción, los resultados se verán presionados de forma importante a la baja". Además, les recordó que han sido tradicionalmente "menos flexibles" que los bancos para estos recortes, por sus relaciones "con los grupos de interés, trabajadores, clientes y entorno social".
La solución, según Ordóñez, es descubrir nuevas oportunidades de negocio acordes al nuevo entorno. Juan Ramón Quintás, presidente de la CECA, ha alertado al sector en este sentido en ocasiones anteriores.
El gobernador manifestó su confianza en que, tras los fructíferos años que ha vivido el sector, "no se dormirán en los laureles". Recordó que el 72% de los positivos resultados de las cajas se deben a las hipotecas, mientras que los bancos sólo dependían en un 40% de este negocio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 19 de abril de 2007