José Antonio Medina volvió a rememorar ayer la pesadilla que vivió la madrugada del pasado 2 de junio, cuando, según su relato, fue apaleado en la comisaría de Les Corts por dos agentes de paisano de los Mossos d'Esquadra libres de servicio que unos minutos antes lo habían detenido tras una discusión ocurrida en la sala Bikini de Barcelona. Según su versión, esposado por la espalda fue conducido a ese centro policial y apaleado en la sala de registros por esos policías en presencia de otros cinco agentes uniformados. Uno de esos testigos impasibles fue identificado ayer por Medina en una rueda de reconocimiento acordada por el Juzgado de Instrucción número 24 de Barcelona, que investiga su denuncia y en el que están imputados los dos mossos por detención ilegal, torturas y amenazas. Por los mismos hechos también está imputada una policía que les acompañaba en la sala de fiestas, aunque no tuvo ninguna participación.
Los números de placa de los mossos imputados son 10.455, 6.826 y 2.689. Todos ellos estaban destinados en la Unidad regional de Investigación, donde continúan los dos agentes masculinos, pero no así la policía. Los abogados del Col·lectiu Ronda, que ejercen la acusación, denunciaron ayer el "ocultismo" del Departamento de Interior, que se ha negado a identificar a los cinco testigos que presenciaron la supuesta paliza. También censuraron que sean defendidos por los servicios jurídicos del cuerpo por una acción ajena al servicio. Medina quedó en libertad a las 24 horas y está acusado de una falta de lesiones contra un policía.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 20 de abril de 2007