La consejera andaluza de Medio Ambiente, Fuensanta Coves, y el presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), Francisco Tapia, anunciaron ayer, casi nueve años después del vertido de seis millones de metros cúbicos de lodos contaminados con metales pesados y de aguas ácidas de una balsa de residuos mineros de Boliden, que ya es posible demoler el muro creado para proteger Doñana del desastre.
El derribo de esta pantalla artificial, que estaba previsto este año, empezará en 2008 y no acabará hasta 2010, pues en la marisma sólo se puede trabajar en verano, cuando no hay agua.
Esta demolición costará de ocho a diez millones de euros y permitirá recuperar parte del complejo sistema hidrológico primigenio de la marisma de Doñana, con influencias de las mareas.
Coves aseguró que la Junta "no va a desistir" hasta lograr cobrarle a Boliden 90 millones de euros de indemnización por el desastre ecológico de la mina de Aznalcóllar, en cuya reparación se han invertido ya 400 millones de euros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 24 de abril de 2007