Broche de oro para un Sant Jordi multitudinario: la poesía española, de ayer y de hoy; la poesía con mayúsculas, ocupó anoche un Teatro del Liceo abarrotado de la mano de Paco Ibáñez. Manuel Vicent presentó el recital hablando del cantante como de "una figura representativa del exilio que no se ha quebrado ni en su estilo ni en su integridad". Tras estas palabras, Paco Ibáñez comenzó el recital con un romance interpretado a capella desde detrás del telón en el que se leía Nos queda la palabra. A partir de ahí, el cantante recorrió los caminos de la poesía española empezando por el clásico Déjame en paz, amor tirano, de Góngora.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 24 de abril de 2007