El responsable de una obra de Eibar en la que falleció un trabajador tras precipitarse desde una altura de 13 metros al carecer de las medidas de seguridad ha sido condenado por un juzgado de San Sebastián a un año y 11 meses de cárcel. Los hechos ocurrieron el 12 de mayo de 2003, cuando el operario, de 57 años, que se encontraba en el tejado del edificio que estaba reparando, se cayó al suelo y murió a consecuencia del impacto que le ocasionó la rotura "de varios órganos vitales".
El escrito judicial explica que el informe del accidente, que elaboró Osalan, reveló que el siniestro se debió a que el trabajador no llevaba arnés de seguridad, así como a la "ausencia de protecciones colectivas, unas plataformas deficientes, un método de trabajo inadecuado" y la falta de "líneas de vida óptimas". La Inspección de Trabajo emitió otro informe en el que también destacó "la ausencia de las perceptivas medidas de protección colectivas e individuales", por lo que levantó un acta de infracción "muy grave" de riesgos laborales.
Durante el juicio, el fiscal solicitó penas que suman un año y 11 meses de prisión y una multa de 1.200 euros para el procesado por un delito de homicidio por imprudencia grave y otro contra la seguridad de los trabajadores, con lo que el encargado de la obras se mostró conforme.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 24 de abril de 2007