Ségolène Royal prosiguió ayer su operación de seducción del centro. La candidata del Partido Socialista se mostró dispuesta a integrar en su programa ideas de otras corrientes y pidió el voto de "los electores que no tienen a su candidato en la segunda vuelta pero que piensan que los valores humanos deben imponerse a los financieros", en alusión a los 6,8 millones que votaron en la primera vuelta al centrista François Bayrou, con quien el sábado mantuvo un largo y revelador debate público. "Todas las buenas ideas serán útiles para el país", añadió.
A pesar de estos guiños, la aspirante socialista no olvidó su flanco izquierdo, no vaya a ser que los coqueteos con el centrismo fomente la abstención. Los cinco candidatos de la izquierda radical y la candidata verde obtuvieron en la primera vuelta de las elecciones más de un 10% de los votos. Todos han apoyado explícitamente a la socialista, aunque consideren su programa extremadamente liberal.
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Ségolène Royal se refirió ayer a ellos: a los trotskistas Olivier Besancenot y Arlette Laguiller, al antiglobalizador José Bové, a la comunista Marie-George Buffet y a la ecologista Dominique Voynet. Al único que no citó fue al tercer trotskista en discordia y último clasificado, Gerard Schivardi, que sólo consiguió un 0,5%.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 30 de abril de 2007