El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se esforzó ayer en recalcar con detalle "el gran caudal" de inversiones que el Ejecutivo realiza en Málaga, para demostrar "el compromiso con una de las áreas más vitales y con más futuro de España", y a la vez ofrecerlas como aval del PSOE ante las elecciones municipales del 27. Enumeró cifras para afirmar que Málaga experimenta en los últimos años un crecimiento "espectacular" y dijo que la administración municipal debe ahora aprovechar esta inyección en infraestructuras para que la ciudad juegue "un importante papel".
El encuentro de Zapatero con 400 representantes de colectivos y organizaciones malagueñas tuvo una clave exclusivamente local. El presidente del Gobierno no hizo alusión alguna a ningún tema que no fuera estrictamente malagueño, y si habló de las políticas del Ejecutivo, especialmente sociales, fue para aludir a los beneficios que han tenido en Málaga, como las 40.000 personas que dijo se beneficiarán de la Ley de Dependencia.
El presidente enumeró las inversiones del Gobierno en infraestructuras, como el AVE, el nuevo aeropuerto o la segunda ronda de circunvalación y dijo que Málaga es la cuarta provincia que más inversiones recibe del Estado, con una media en esta legislatura de 800 millones de euros, el doble que durante los gobiernos del PP.
Resaltó el papel que en este compromiso ha tenido la secretaria provincial y candidata a la alcaldía de la capital, Marisa Bustinduy, y el de la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, de la que dijo: "Pone el acento malagueño y me parece que se le nota, al menos eso dicen en todas las provincias". Zapatero recordó que en una visita a Málaga antes de ser presidente del Gobierno quedó atrapado en un atasco, durante el que Bustinduy le insistió en la importancia que las infraestructuras de transportes tienen para no estrangular la economía de la ciudad, y que "desde aquel día Magdalena Álvarez empezó a ser ministra de Fomento". Pero aseguró que "no es ni una lotería ni un trato de favor el que se le hace a Málaga, si el Gobierno invierte en Málaga es porque creemos en la capacidad de los malagueños para generar más riqueza".
Zapatero se comprometió con la candidata malagueña, hasta el punto que afirmó : "Yo soy el aval de Marisa". Antes del acto, visitó el barrio de la Cruz de Humilladero, donde tomó un café, e hizo una parada en los terrenos de Repsol donde el PP proyecta construir cuatro torres, una de ellas llamada a ser el edificio más alto de Málaga. "Si yo viviera en Carretera de Cádiz querría que los terrenos de Repsol fueran un parque", afirmó.
En el mismo acto, el presidente de la Junta, Manuel Chaves, dijo que la ciudad de Málaga no ha sabido aprovechar todo el crecimiento que ha tenido, de forma que no juega el papel influyente que por su potencial económico le correspondería. "Ha vivido de la inercia", dijo, y aseguró que la ciudad necesita un impulso de modernización como el que protagonizó con Pedro Aparicio, alcalde socialista entre 1979 y 1995, que es el que debe dar ahora Bustinduy. Explicó que la gestión municipal requiere ciertas premisas fundamentales bajo cuya enumeración escondió críticas veladas al PP: "Ambición", "lealtad institucional y colaboración recíproca con las administraciones" y "exigencia".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 3 de mayo de 2007