La Delegación de Educación en Cádiz ha resuelto imponer a Antonio José Pérez, un profesor invidente que trabaja en el instituto Virgen del Carmen de Puerto Real, un maestro de apoyo para todo su horario lectivo. Es la decisión tomada después de constatar en un informe "serias dudas" sobre la capacidad del docente para controlar él solo a sus alumnos y garantizar la enseñanza y su propia dignidad. El afectado ha mostrado ya su disconformidad con esta resolución y ha recibido la solidaridad de la ONCE.
Desde el miércoles pasado en las clases de Lengua y Literatura de Antonio José Pérez hay dos maestros. Él y la profesora auxiliar que le impone Educación. Pérez, granadino de 31 años, lleva seis meses como interino en el instituto Virgen del Carmen después de haber aprobado las oposiciones y de haber estado previamente en otro centro de Córdoba cubriendo una baja de tres meses. En marzo la Educación envió un inspector para comprobar si las lecciones que reciben sus estudiantes podían ser deficitarias con respecto a otros compañeros. La resolución ha sido clara. Según el informe, no está garantizada la enseñanza para los alumnos y también se duda de la capacidad del profesor para poder controlarlos. De ahí que la decisión haya sido designar a otra maestra, también interina, que permanece en el aula mientras él da la clase.
Según Pérez, esta resolución ha causado una situación incómoda con la profesora de apoyo. "Yo no quiero que ella sea un mueble pero también tiene que tener claro que el titular soy yo y que quien organiza y toma las decisiones soy yo", Pérez.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 3 de mayo de 2007