"Soy yo, tu padre. Ya me liberaron, estoy por los lados de El Laberinto". Estas fueron las palabras que escuchó Ángel Negreira, hijo de Manuel Negreira Trigo, cuando éste, desde un teléfono prestado, se comunicó con su familia, luego de haber pasado un mes en poder de quienes lo secuestraron.
Negreira, según el diario regional Panorama del estado occidental de Zulia, consiguió llegar a una zona poblada tras caminar durante varias horas desde el punto donde fue liberado, en plena madrugada del miércoles 2 de mayo. El productor agropecuario de 68 años, natural de Carballo, quedó deshidratado por la caminata, pero finalmente arribó a su casa de Villa del Rosario, cerca de la frontera con Colombia.
Según sus familiares, no se produjo pago de rescate pues Negreira y su esposa, Cecilia, también de nacionalidad española, no son personas adineradas. Tras la llamada, Ángel y otros familiares se desplazaron tan rápido como pudieron, hasta el kilómetro 56 de la carretera nacional Maracaibo-La Villa. Según relató a sus parientes, se vio abandonado en medio de la noche en lo profundo del campo. Se orientó por los postes de electricidad y caminó durante más de tres horas. Las primeras personas con las que logró hablar lo ayudaron a trasladarse hasta una finca donde le prestaron un teléfono y pudo llamar a su casa. El reencuentro con su familia se produjo hacia las 10 de la mañana. De acuerdo con los primeros testimonios, los secuestradores no maltrataron a Negreira. Sin embargo, se presentó con varios kilos menos y muchos deseos de bañarse.
Mientras el secuestro de Negreira ha concluido de manera feliz, siguen secuestrados otros dos gallegos: Alberto Cid Souto y Francisco Muradas. Los cuerpos de seguridad detectaron un campamento en el que presumiblemente estuvo cautivo Muradas durante las primeras horas del rapto. El lugar se encuentra en un bosque conocido como El Perico. Funcionarios de la policía científica y del Ejército están realizando una búsqueda al milímetro en toda la zona y han revisado legalmente algunas casas de sospechosos.+
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 4 de mayo de 2007