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Reportaje:

Paris Hilton, 45 días entre rejas

Un juez la condena por no acudir a las citas de alcohólicos anónimos

Debía acudir a unas citas de alcohólicos anónimos -por conducción temeraria tras ser detenida borracha al volante en varias ocasiones y dos de ellas por exceso de velocidad-, pero decidió que esa primera condena no iba con ella.

Hilton entrará en la prisión para mujeres de Lynwood el próximo 5 junio, y de no hacerlo se aumentará su pena hasta los 90 días. Tendrá prohibido ir a una cárcel alternativa -su régimen penitenciario tiene fama de ser el más severo de la zona-, portar un sistema electrónico para seguir sus movimientos en lugar de estar en la prisión o salir a trabajar. Esto último no será un problema ya que Paris está sin oficio -su faceta de modelo es puro divertimento-, pero con beneficios de su abuelo, el magnate hotelero.

A su encuentro con el magistrado llegó como lo haría una diva. Bajó de un Cadillac negro y caminó serenamente rodeada de guardaespaldas y vestida con una camisa blanca, una chaqueta gris y unos pantalones negros, y con un pañuelo negro sobre la frente. Los periodistas y fotógrafos le suplicaron que posase, pero entró en razón y pasó de largo. Teniendo en cuenta que llegaba 10 minutos tarde al interrogatorio, que menos que no retrasarse más.

Suena a guasa que el pasado marzo Hilton y su compañera de correrías Nichole Richie -la hija de Lionel Richie- fueron contratadas en el reality show estadounidense The simple life para dar consejos de alimentación y vida sana en fat camps (campamentos de grasa), al que acuden niños con sobrepeso.

El millonario británico Maximillion Cooper ha invitado a Paris y a su caniche a participar en Gumball 3000, una carrera ilegal por distintos países que se salta todas las normas de tráfico. Lo lógico es que no acudiese, pero siendo Hilton, quién sabe.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 6 de mayo de 2007