Fue un galardonado visto y no visto, porque motivos personales impidieron al escritor Manuel Rivas quedarse a la cena organizada en el balneario de Mondariz, en la villa pontevedresa de Mondariz-Balneario, para entregar los Premios de la Crítica, que él obtuvo en la categoría de Creación Literaria por Os libros arden mal. El escritor, que se mostró profundamente agradecido por el premio, fue, a pesar de no quedarse hasta el final, una de las estrellas del acto.
La organización, forzada por esa eventualidad de Rivas, decidió entregar el resto de los galardones antes del ágape. El polifacético Antón Reixa ejerció de presentador y maestro de ceremonias, glosando los méritos de todos y cada uno de los premiados.
La Fundación Eugenio Granell recibió el premio en la categoría de Ciencias; el libro La violencia excendente, de Francisco Sampedro, editado por Laiovento, en la categoría Ensayo; Ricardo Gurriarán, en el apartado de Investigación, por Ciencia e conciencia na Universidade de Santiago 1900-1940; el programa Alalá, de la Televisión de Galicia, en la categoría de Música, y la asociación Xérmolo de Guitiriz, por sus treinta años de trabajo a favor de la cultura.
El acto de ayer puso el epílogo al anuncio del fallo del jurado, integrado por un total de 42 personas, que a finales del pasado mes de abril, hace tan sólo una semana, decidieron el nombre de los ganadores en unas agitadas sesiones deliberativas que se celebraron en el mismo escenario del balneario de la localidad pontevedresa. Cada categoría contaba con su propio jurado, y en el que otorgó el premio a Manuel Rivas estaban, entre otros, Xesús Alonso Montero, Xavier Alcalá y Marcos Valcárcel.
Pocos políticos
A la cena en los salones del balneario de Mondariz que cerró el proceso de esta edición de los Premios de la Crítica, la número 30, asistieron 150 personas, todas especialmente vinculadas con el mundo de la cultura. El profesor nacionalista Xosé Manuel Beiras fue uno de ellos, aunque hubo representación de todos los estamentos sociales, desde José Antonio García Caridad, presidente del Consello Consultivo, a Ramón Villares, miembro del Consello da Cultura Galega, o el veterano Isaac Díaz Pardo. Los salones del balneario recuperaron una parte de aquel ambiente decimonónico de su apogeo.
Algunos de los invitados, como Beiras, participaron la semana pasada como jurados en la deliberación de los premios. El profesor, en su calidad de catedrático de Economía y Política, presidió el que otorgó el premio de Ensayo.
No había ayer, sin embargo, demasiados políticos en el balneario de Mondariz, quizá porque en los Premios de la Crítica no tienen demasiado protagonismo, pues los galardones los entregan los propios miembros de la Fundación Premios da Crítica, promotora del acto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 6 de mayo de 2007