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La mujer desaparecida en Lanzarote murió a causa de una brutal paliza

La joven Yasmila Arrocha Gutiérrez, de 22 años, que había desaparecido el martes y cuyo cadáver fue encontrado el sábado semienterrado en un descampado de Lanzarote, murió a causa de brutales golpes que recibió en la cabeza. La investigación sobre el crimen y el posterior suicidio de un soldado, Diego Gómez Poveda, con el que la víctima mantuvo una relación, apuntan a que la muerte de la mujer pudo producirse tras sostener una discusión con su presunto agresor, el soldado que se quitó la vida.

El cadáver de la joven presenta diversos traumatismos en la cabeza como consecuencia de haber recibido fuertes y numerosos golpes, según los análisis forenses practicados ayer. Los hematomas en el cuerpo indican que su agresor la golpeó reiteradamente utilizando para ello un palo de grandes dimensiones, posiblemente de alguna herramienta, indicaron las fuentes. El cadáver de Yasmila Arrocha fue encontrado el sábado por unas amigas y familiares junto a un montón de tierra situado entre la trasera del cementerio municipal de Arrecife de Lanzarote. Poco después de conocerse el hallazgo del cadáver, el soldado del Ejército del Aire Diego Gómez Poveda, investigado por la policía en relación a la desaparición de Yasmila, se suicidó en el Aeródromo Militar de Lanzarote tras dispararse con su arma reglamentaria. Fuentes próximas al caso señalaron que el militar había mantenido en el pasado una relación sentimental con la muchacha. Se tiene constancia que hace unas semanas mantuvieron un encuentro. El soldado fallecido, y presunto agresor, convivía con otra mujer con la que tenía una hija de 20 meses de edad.

Yasmila, que era madre de un niño de tres años, vivía ahora con su novio. Se convierte en la víctima de violencia de género número 25 de este año.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 7 de mayo de 2007