La defensa de Óscar Benavente, supuesto testaferro del cerebro de la trama de corrupción en Marbella, Juan Antonio Roca, reclamó ayer la nulidad de las escuchas telefónicas en el juicio que se celebró en Málaga contra él y contra Bernardino R. y Eduardo R., agentes del Cuerpo Nacional de Policía por revelación de secretos. Los pinchazos telefónicos eran la principal, y prácticamente única, prueba de cargo contra los tres imputados, para los que el fiscal volvió a solicitar penas de entre tres y seis años de prisión y las respectivas defensas reclamaron la libre absolución.
Los hechos enjuiciados ayer, y que quedaron vistos para sentencia, ocurrieron en marzo de 2004. Según el escrito de acusación del fiscal, Benavente solicitó al policía Bernardino R., antiguo responsable de un grupo de estupefacientes, suspendido en sus funciones tras una condena por tráfico de drogas, información sobre los antecedentes de una mujer búlgara "con el fin de arreglarle la documentación". Bernardino pidió información a Eduardo R., agente con destino en la comisaría norte de Málaga, quien le facilitó esos datos personales y secretos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 9 de mayo de 2007