Amnistía Internacional acusó ayer a China y Rusia de suministrar armas a Sudán que están siendo utilizadas en Darfur, en incumplimiento del embargo de la ONU. El grupo de defensa de derechos humanos con sede en Londres se declaró "consternado" por el flujo de armas permitido por los dos países miembros permanentes -junto con Estados Unidos, Francia y Reino Unido- del Consejo de Seguridad de la ONU, y dijo que a menudo los equipos militares están siendo desviados para ser empleados en el conflicto de Darfur y en el vecino país Chad.
Naciones Unidas asegura que alrededor de 200.000 personas han muerto y más de dos millones se han quedado sin hogar desde que la guerra estalló en esta región del oeste de Sudán en 2003, cuando grupos rebeldes se levantaron en armas contra el Gobierno de Jartum y sus milicias en busca de una mayor independencia. China, que tiene intereses petroleros en el país africano, ha sido criticada por su resistencia a presionar al presidente Omar al Bashir para que coopere con las fuerzas de paz y los programas de ayuda humanitaria.
Pekín y Moscú negaron que hayan suministrado armas a Darfur, en violación del embargo. El Ministerio de Exteriores ruso afirmó que la cooperación militar y tecnológica con otros países se realiza según la ley internacional, mientras que Jiang Yu, portavoz del Gobierno chino, calificó la denuncia de "sin fundamento" y dijo que Pekín tiene una actitud "responsable" en la venta de armas, y sólo trata con Estados soberanos, no con individuos ni organizaciones.
Según el informe de Amnistía, China ha vendido a Sudán armas y munición por valor de 17,6 millones de euros, componentes y equipos para aviones por casi 42 millones de euros y piezas de helicópteros por otro millón y medio, según datos de 2005. También afirma que, en 2005, Rusia exportó a Sudán aviones y otros equipos por un total de 15,4 millones de euros, y helicópteros por 10 millones.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 9 de mayo de 2007