La niña de cinco años conocida con el nombre de Piedad, permanece ingresada en un hospital privado del norte de Tenerife, después de que la noche del martes y ayer por la mañana sufriera sendos ataques epilépticos, confirmó José Luis Calvo, portavoz de la Asociación para los Derechos del Niño y de la Niña (Prodeni). Esta asociación presentó ayer mismo ante la Fiscalía del Menor una solicitud para suspender cautelarmente la sentencia que obliga a la familia de acogida a devolver a la criatura a un centro de menores, para que vuelva a retomar una relación con su madre biológica. Prodeni también pide a la fiscalía que se someta a Piedad a un estudio médico y psicológico por parte de expertos para que estos datos científicos determinen si cabe o no contemplar la separación de la niña de esta familia.
La niña sufrió las primeras convulsiones la noche del martes, después de que la familia con la que ha vivido los dos últimos años, le contara "con todas las cautelas y dulzura posible" que se iría de vacaciones a otra casa durante una larga temporada, aunque seguirían viéndose. El episodio volvió a repetirse ayer por la mañana.
Piedad fue declarada en desamparo con apenas 7 meses de edad. Mientras la madre se sometía a un tratamiento de rehabilitación mental, la niña pasó dos años en un centro de menores. Con algo más de tres años, sin autorización judicial y sin informar a su madre biológica, el Gobierno de Canarias dio la niña a una familia en régimen de acogimiento. Un juzgado determinó el año pasado que la madre biológica estaba en condiciones físicas, mentales y económicas para retomar la crianza de su hija.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 10 de mayo de 2007