Fue como un combate amañado donde los púgiles daban golpes al aire. Un partido en el que un empate favorecía a ambos equipos. Simancas y Sabanés se limitaron a pelotear cada uno en su área durante el debate que les enfrentaba. Rozó lo soporífero en algún momento.
- Silencio en la sala. "Este debate no se produce en terreno neutral". Simancas utilizó 40 segundos de su turno inicial para protestar por el formato. Sabanés hizo lo mismo y excusó, por adelantado, las posibles repeticiones en las que iba a incurrir por haber debatido ya con Esperanza Aguirre.
- Confrontación. No existió. Ambos se ignoraron. Sólo en el último bloque, Sabanés se dirigió directamente a Simancas para exigirle al "gobierno de la nación" más implicación.
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- La promesa. Simancas declaró la guerra a los contratos basura y prometió reducir en un 30% las emisiones de gases contaminantes. Sabanés apostó por una educación pública de calidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 12 de mayo de 2007