Javier Otaola responde rotundo: consenso y capacidad para aunar voluntades. "Me pongo rousseauniano. Estimo que la ciudad necesita la voluntad general para encauzar proyectos de gran aliento, que surjan desde el consenso asumido para largos plazos", dice.
Está claro que las mayorías dan estabilidad a los gobiernos. En Vitoria, no se vislumbra la victoria rotunda de un partido, "pero el consenso se puede conseguir con pactos; eso es lo que me transmiten los ciudadanos". A la vista de que el pacto resulta imprescindible, hay que buscar los puntos comunes que den "tranquilidad para llevar a cabo las grandes inversiones sobre las que no se puede discutir cada tres meses", añade el síndico de Vitoria.
Otaola lleva cinco años ejerciciendo este papel institucional y aprecia cierta desazón entre los vecinos. "La gente observa cómo, en las ciudades cercanas, se trabaja por el desarrollo en los grandes asuntos. En Vitoria necesitamos esa política común; luego ya vendrán las discrepancias en el día a día".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 12 de mayo de 2007