Señor Juan José Millás, existe una segunda oportunidad para los libros agotados o descatalogados a los que se refiere en su columna del pasado viernes. La vida continúa para muchos de ellos en las Bibliotecas Públicas. Sin embargo, cada vez menos van a poder entrar en el reino de los cielos debido al recorte presupuestario para su compra que va a significar la imposición del canon por préstamo en las bibliotecas. Lamentablemente no todos los autores apoyan las demandas de eliminación de dicho canon, y por ello estarán condenados a buscar esos libros, quién sabe si los suyos propios, en el Purgatorio de las librerías de viejo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 13 de mayo de 2007