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España y Alemania advierten de la pérdida de apoyo a los aliados en Afganistán si siguen matando civiles

La UE decidió ayer implicarse directamente en la estabilización de Afganistán con el envío de unos 160 policías, entre ellos 14 agentes y guardias civiles españoles, con la misión de organizar la policía del país asiático y contribuir a levantar un Estado de derecho. El nuevo compromiso europeo se produjo al tiempo que países como España y Alemania manifestaban su malestar con el alto número de bajas civiles registrado en Afganistán y alertaban del peligro de que acciones militares sin el debido control acaben por volver a la población contra los occidentales.

"Para el Gobierno español es intolerable que se causen víctimas civiles. Puede afectar a la reconstrucción. Y sin reconstrucción no se puede hacer nada", manifestó el ministro de Defensa, José Antonio Alonso. "Debemos hacer todo lo posible para que las operaciones no se desarrollen de esa manera", sin la máxima atención a evitar bajas civiles, le secundó el ministro de Defensa alemán, Franz Josef Jung. "Si la población se nos pone en contra no vamos a lograr la victoria". En 2006, según Human Rights Watch, más de mil civiles murieron como consecuencia del conflicto afgano, de los que al menos un centenar fallecieron bajo las bombas de la OTAN -que cuenta con 37.000 soldados- y de la operación Libertad Duradera, liderada por EE UU, con 10.000 soldados.

El malestar entre algunos aliados llegó a su extremo la pasada semana, cuando las fuerzas de la Operación Libertad Duradera, comandada por EE UU, mataron a una veintena de civiles afganos. Un portavoz aliado tuvo que explicar que la OTAN no había participado en el ataque y que la intervención aérea en un distrito de la provincia sureña de Helmand había sido ejecutada por la coalición internacional que controla Washington. Unos días antes, otra actuación de Libertad Duradera había costado alrededor de medio centenar de vidas.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 15 de mayo de 2007