Como el hombre del tiempo. Con una pantalla de fondo, el candidato socialista a la alcaldía de Madrid, Miguel Sebastián, con su traje oscuro y su corbata -de rombos esta vez-, iba desgranando ayer uno de sus proyectos estrella: la peatonalización de la Gran Vía.
El plano de la representativa vía madrileña y sus calles aledañas sustituyó a los mapas meteorológicos y Sebastián, al más puro estilo Paco Montes de Oca, explicó a los asistentes cómo quedaría la vía si él fuese alcalde y pudiera meterle mano.
"Se trata de una peatonalización inteligente que recupere Madrid para la gente frente a un alcalde que gobierna para los coches y las tuneladoras", dijo de entrada.
Aunque se olvidó de que su rival, el actual alcalde Alberto Ruiz-Gallardón, ya propuso peatonalizar un sólo carril y algunas calles del entorno de la plaza de Callao y Santo Domingo, además de comprar un cine en la zona y ensanchar las aceras.
Luego, el candidato socialista que como siempre llegó andando al teatro Gran Vía, donde hizo su presentación, entró en los detalles del proyecto y contó que se podrá pasear por "toda" la calzada desde Cibeles a la plaza de España; que se respetarán los aparcamientos para residentes y los parkings públicos, "a los que se podrá acceder sin problemas"; que habrá paradas de autobús a un lado y otro de la zona peatonal; que la calle de Fuencarral también será peatonal hasta la plaza del mercado... "Y todo con y por el apoyo de las asociaciones de vecinos", aseguró.
Respecto a los comerciantes, más reticentes dijo: "Históricamente, ha sido un colectivo que siempre se ha resistido a las peatonalizaciones, pero deben ser optimistas porque este proyecto mejorará el comercio y los servicios en la zona". Sebastián dixit.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 15 de mayo de 2007